La nostalgia y reflexión se hacen notar en el álbum desde el primer sonido; que atrapa y transporta a otra dimensión no antes vista en su explosivo debut Mi Arma Blanca (Algorecords, 2016).
Musicalmente el cuarteto es inquieto, y se refresca sonoramente con la inclusión de sonidos e instrumentos no usados antes, además de desarrollar hábilmente los espacios instrumentales sin perder el gancho pop que tanto los caracteriza.
El álbum fue grabado y coproducido por Pablo Muñoz (Gargales), quien ya tiene una amplia experiencia en el mundo electrónico y se hace notar a la hora de plasmar los nuevos paisajes de la banda.
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